sábado, 2 de julio de 2011

A la buena literatura no le hacen falta anuncios

Es difícil que de la poesía se hable con el glamour del último juguetito electrónico (sea este un móbil, un lector electrónico, una tableta o una consola de videojuegos), porqué la poesía no hace ganar dinero a nadie.

La poesía no tiene glamour porqué no está anunciada en los mass-media mediante el sexo y el lujo.

Pero, la publicidad, para explicar el sexo y el lujo, a veces usa recursos estilísticos propios de la poesía (el desnudamiento conceptual, por ejemplo); no en vano la publicidad es un oficio subliterario, como decía Auden.

¿Os imagináis a un poeta del siglo XVI anunciado como si fuera un nuevo, glamouroso y exitante juguetito electrónico de última tecnología?



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