lunes, 6 de junio de 2011

El problema de la muerte

Uno de los problemas con nuestra propia muerte, excepto en el caso de deseo de suicidio, es que nos lo tomamos como algo personal; en el momento de enfrentarnos con ello, nos parece que es una cosa que sólo nos pasa a nosotros; como que es algo que hemos de hacer solos indefectiblemente, nos parece injusto que nos pase precisamente a nosotros precisamente en aquel momento: “quiero morirme, pero todavía no...”

Pero, algo por lo que ha pasado y pasará TODO EL MUNDO hasta el fin de los tiempos... ¿puede ser tan difícil? Quiero decir que hay tantas personas que han muerto antes que  nosotros... Todo el mundo, de hecho. Eso solo ya debería ser como una especie de cojín contra el miedo, no puede haber nada más natural. (Aunque el miedo animal hacia la muerte es perfectamente natural también.) Imaginaros el castigo que representaría una vida eterna cargada de achaques... Si hemos podido hacer lo que habíamos venido a hacer en esta vida, si hemos tenido una vida en la que hemos amado y nos han amado, si somos capaces de sentir que hemos aprovechado el tiempo y que hemos vivido de verdad y que nuestro tiempo se ha cumplido, algo que le pasa a todo el mundo no puede ser tan difícil...

La gente no tiene miedo de morirse: la gente tiene miedo de no haber vivido. Y el bombardeo de los medios de comunicación no nos ayuda demasiado a vivir de verdad y a aceptar que algún día nuestro tiempo va a acabar como algo natural. Llegará la hora de morirnos, y nos daremos cuenta que se nos ha escapado media vida por el desagüe mirado la tele... Los medios de comunicación de masas dan la espalda a las verdades de la vida, aunque nos manipulan según estas verdades. Mirar la tele no te prepara para afrontar la muerte con serenidad, en cambio leer, conversar, soñar... dedicar tiempo a la vida interior sí que lo hace.

Todo el mundo muere. Morirse no puede ser tan difícil.

No hay comentarios: