miércoles, 27 de abril de 2011

Cuando es amargo el don de la poesía


El otro día me preguntaba: si la poesía es un don, ¿por qué narices existe la poesía mala? Es decir, ¿por qué no todo lo que produce el don es poesía de primerísima calidad?

La respuesta es: no es que exista la “poesía mala”, ¡existen los “poetas malos”! La poesía mala la hacen los poetas malos que no conocen la tradición ni dialogan con ella, que no cuidan sus metáforas ni el refinamiento de sus imágenes poéticas y que no tiene el oído educado en la música del idioma... Poetastros que, aunque se les ha otorgado el don de producir poesía, no se han dado a sí mismos la formación literaria que hace falta para imbricar de una manera original las palabras que el don poético les hace llegar. En una palabra, no es que don dicte poesía mala, sino que este dictado llega a poetas sin talento o que no han leído lo suficiente. Algo que no significa que no tengan derecho a escribir e incluso a publicar lo que escriben. Al fin y al cabo el sentir el don no se escoge.

No es que exista la “poesía mala”. Existen los poetas que no están a la altura de su don.

4 comentarios:

Ferragus dijo...

Qué severo vuestro punto de vista, Clarissa. Sin embargo, comparto el sentido del texto. Quizá, y aquí pido tu ayuda y compresión, me sorprendió el termino ‘poetastro’

Saludos, guapa.

Clarissa dijo...

¡Hola Ferragus! No es que quisiera ser severa. Lo que pasa es que si todos estos que se dicen poetas hubieran leído un poco de poesía, no se dirían a sí mismos poetas ni la mitad.

Clarissa dijo...

Ya sé que parezco un pelín cascarrabias... "sóc de mal ferrar" (soy de mal herrar, herrar de ponerle la herradura al caballo). Además yo tampoco soy nadie para pontificar nada en poesía.

Ferragus dijo...

Vamos, que ese "pelín" te da salero.