miércoles, 29 de diciembre de 2010

Las dos vidas del alma

Estoy segura que hay quien piensa que si me he vuelto loca publicando algo como Las siete vidas de la piel, que más que un post parece la hoja de ruta de una secta... (una secta que no toma el sol). Que conste que yo no quiero predicar nada, sólo me ha venido bien poner por escrito algunas –pocas- certezas que he ido recogiendo durante estos últimos tiempos. No pretendo que todo lo que he escrito sea verdad ni que yo practique todo lo que allí explico, pero sí que son pequeños detalles en los que creo. Entiendo que no os guste recibir consejos, y que esto no es un blog de auto-ayuda ni nada que se le parezca (aunque, ahora que lo pienso, uno de mis sueños siempre había sido escribir un best-seller de auto-ayuda...). Bien, en todo caso, un post más para ser leído y olvidado. Me hubiera gustado escribirlo más largo. Encuentro que en el texto hay una visión demasiado idealizada de las relaciones humanas, que se idealiza el amor como algo bueno, cuando las personas tenemos nuestras partes “obscuras” que a veces son difíciles de amar... Si alguien os ama de verdad también ha de amar vuestra parte “obscura” o negativa (hay quien la tiene más obscura que otros). Querer a alguien para ir de fiesta o en los momentos buenos es muy fácil. Estar a su lado en un momento difícil o cuando descubrimos que no se comporta como esperábamos es lo que realmente cuesta. Leí un texto que hablaba que todos queremos poder sacarnos la máscara ante alguien... Algo que siempre he envidiado de los delincuentes, ladrones y mafiosos y que me los hace atractivos es eso, que no llevan esta máscara de “corrección”. Aunque hagan cosas que objetivamente no deberían hacerse, acostumbran a ser mucho más sinceros que las otras personas respecto a sus propias necesidades o sobre qué es lo que realmente mueve a los demás. Los delicuentes son más sinceros consigo mismos respecto a su parte "obscura". Trabajar fuera de la ley requiere un conocimiento de la parte negativa de la naturaleza humana por encima de la media, justo lo que falta a la gente que no trabaja fuera de la ley: una auto-consciencia mayor de esta parte negativa, que nosotros también tenemos, aunque no esté tan desarrollada como la de un delincuente o tire hacia otro lado menos monetario. Por ejemplo, la parte negativa de un enfermo mental no tiene nada que ver con la parte negativa de un delincuente, y en cambio puede costar mucho más de aceptar. La parte negativa de un hombre de éxito, por ejemplo, podría ser su ansia de poder y el deseo de dominar a los demás, y esta parte negativa está plenamente aceptada socialmente en los hombres de éxito. Yo no digo que se deba luchar contra la parte negativa, porqué eso sería absurdo y entonces sí que parecería que quiero fundar una secta; somos como somos, y se trata de cómo es el mundo, no de cómo debería ser, de cómo son las personas, no de cómo deberían ser. Sólo digo que para poder decir que amamos de verdad a alguien hemos de haber descubierto su parte negativa y la tenemos que haber aceptado. Eso sirve también para nosotros mismos, para aceptarnos y amarnos a nosotros mismos. Evidentemente, siempre hay cosas que son inaceptables, como la violencia de género, o un asesinado, por ejemplo, pero yo no hablo de una parte negativa tan extrema, sino de la parte negativa de cada día. Hablo de cosas como del egoísmo de alguien, por ejemplo, o de su desaprovación constante, cosas así... que sabemos que están y no las vamos a cambiar, pero que tampoco podemos liquidar aunque no nos guste. En fin, no querría ponerme a dar consejos. Lo único que me gustaría repetir es que valdría la pena sentarse en la “silla de pensar” un ratito al día, sin que eso quiera decir que estemos castigados, y reflexionar y descubrir cuales son nuestras propias ideas, personales e intransferibles, sobre eso, y sobre todo. Hay quien no se ha parado a pensar nunca profundamente en nada... pero también hay quien necesita no pensar profundamente en nada para ser feliz, que si piensa demasiado se agobia. A veces, empezar a pensar es como aquellas grandes extensiones de fichas de dominó, que si cae una empiezan a caer todas una tras otra... A veces puede ser peligroso empujar la primera; no todo el mundo está preparado. Pues eso, que lo más importante es que cada cual se de sus propios consejos y descubra su propio camino y sus propias certezas. El sistema “E”: es decir, “E”spavilarse por uno mismo.

5 comentarios:

Ferragus dijo...

Buen sistema “E”. Ahora, no sé si la mayoría tiene el tiempo necesario, o quiera dárselo, para reflexionar sobre sí mismo “Una sociedad más reflexiva… (a unos cuantos –creo- no les gustaría la idea)” Pero me desvío de lo que quiero expresar: nunca debemos amar lo malo del otro.
PS
Felicidades, Clarisa; un montón de buenos deseos para ti. Un beso guapa.

Clarissa dijo...

Quizá no debamos amar lo malo de otro, pero para aceptarle tal y como es hemos de aceptarle con lo bueno y con lo malo. Ahora, reconozc que a mi me cuesta aceptar según qué defectos en los demás...

Clarissa dijo...

(al decir esto pienso en ti, mery cherry...)

Clarissa dijo...

¡¡¡Feliz Año Nuevo Ferragus y Anabel!!!

Ferragus dijo...

Gracias Clarisa; lo mejor para ti de este ciclo que ya comenzó.

PS
¿Has leído algo de George Sand? (A propósito de la lectura de “Diario de un escritor”)