martes, 25 de mayo de 2010

Escribir muy poco seriamente

Ayer hablé de un tema propio de las revistas del corazón, poniendo en evidencia que compro revistas de estas (si la Lecturas me enviara un pavo por Navidad diría que hojeo la Lecturas, pero como no creo que lo hagan no lo diré...). Escojo esta porqué son bastante respetuosos con las personas que salen en ella, dentro de la inevitable mala baba que tienen estas noticias a veces. Buen seguro que hay más de un lector que se sorprende que una aspirante a escritora seria como lo soy yo hable de revistas del corazón y de fútbol, y en cambio no se vea con ánimos de hablar de política. Supongo que tenéis razón, pero creo sinceramente que es más obscena la política que no lo es toda esta gente que venden su vida privada a las revistas del corazón. Esta gente no engaña a nadie ni predican nada: viven de ello y no lo esconden. En cambio los políticos cuando hablan por la radio sólo predican moral y buenas costumbres y honradez para los pobres, cuando en realidad tienen los armarios llenos de esqueletos y corruptelas. ¿Cómo se puede tener tanto estómago para hacer algo así y salir, fresco como una rosa, a predicar “moral”? Eso lo encuentro más obsceno que esta gente que sale en las revistas del corazón, sinceramente, y por ello encuentro las revistas del corazón y la sección de fútbol más dignas de respeto que la sección de política de los periódicos. Y lo siento si por ello parece que no puedo aspirar a la etiqueta de “escritora seria”.

1 comentario:

Anabel Rodríguez dijo...

Pues mira a mí, ni lo uno ni lo otro, pero algo tendrá el agua cuando la bendicen y las revistas del corazón cuando tanta gente las lee. No sé si se busca evasión, diversión, o vejación (de según que personajes). Me da igual. No son ni más ni menos que los que nos inundan desde los telediarios con los deportes o esos políticos que hoy nos dicen una cosa y mañana otra.
Personalmente dejo esas revista para la peluquería... bueno a veces ni eso. En cualquier caso no creo que eso te desmerezca a nivel creativo.
Besos