Stephen King dice que está bien tener imaginación (él al menos ha sacado mucho partido de la suya), pero que si se te desboca a las tres de la madrugada, cuando en casa todo el mundo duerme (o peor, si estás solo en casa) y las sombras de la noche se esconden por los rincones, puedes pasarlo realmente mal. Evidentemente, cuando hubo dicho esto ya salió la mente preclara –de mentes preclaras las hay a montones en la red- declarando que con el provecho que Stephen King había sacado de su imaginación, que no le viniera con historias de despertarse bañado en sudor frío a las tres de la madrugada. Estoy segura que eso lo dijo alguien que no tenía imaginación, y que no se había despertado nunca a las tres de la madrugada por culpa de una pesadilla desbocada que continua sola una vez estás despierto. Puede ser muy duro tener la imaginación fuera de control a las tres de la madrugada. Es cierto que poniendo la radio enseguida te vuelve el color, pero sólo falta que para reblar el clavo a aquella hora suene uno de esos programas de fantasmas. Por suerte siempre nos quedaran los 40 principales. La imaginación es indispensable para cualquiera que se dedique a escribir, y en general a cualquier actividad artística, pero según como también puede ser un arma de doble filo para aquel que “crea”.
sábado, 20 de marzo de 2010
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