domingo, 31 de enero de 2010

Leyendo más sobre el tema

He acabado En el castillo de Argol. Turbadora, no puedo definirla de otra manera. He acabado con el libro en las manos muy impresionada: nada ha sido lo que me esperaba. Eso de la novela gótica da más miedo de lo que podría llegar a parecer... Ahora, no sé si es sólo porqué no estoy acostumbrada a leer novelas donde pasen estas cosas... El caso es que no paro de preguntarme... ¿cuál es el mensaje? Bueno, claro, ¿es que debe haber un mensaje más allá del placer de la lectura misma? Y aquí el placer es extraordinario. Las brumas, quiero decir el ambiente, són extraordinarias. El prólogo me da que pensar. Recuerdo que leí la traducción al castellano del texto alemán medieval. Después he leído esto, una traducción al castellano de un original francés. Podría sacar algunas conclusiones, pero me falta una pieza, la más evidente, y en la que aunque parezca mentira no había pensado: la ópera. Creí que no haría falta, yo la ópera no la tolero si no es a fragmentos, las grandes áreas, pero me parece que esta ópera debe conocerse si se quiere poder decir que se conoce mínimamente el mito. O sea que nada, esperaré con las conclusiones apuntaladas, hasta que tenga la oportunidad (de escucharla por la radio, se entiende). Pero, ante la posibilidad que deba comerme con cuchara y tenedor y pañuelo en el cuello una pieza de aburrimiento (inculta de mí, quizá mi cultura no da para saber apreciar una ópera enterita, en su conjunto, y más si no es en directo), pienso... ¿es necesario?

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