jueves, 31 de diciembre de 2015

De cifras indescifrables


Veo que muchos blogs hacen balance del año que se acaba de acabar, y una de las cosas de las que hacen  balance es del número exacto de visitas que han tenido durante el año que se acaba de acabar. Es interesante ver el dato de cada blog, como lo celebran siempre como si fuera “mucho” en todos los blogs, aunque el número exacto pueda ser muy diferente según el tipo de blog: como el día de la lotería, vaya, en que siempre queda muy repartido... Y seguro que es así, en el caso de cada blog, no voy  a discutírselo. Tampoco querría quitarles la ilusión.

(Y digo el año que “se acaba de acabar”, porqué estoy segura que esta tarde/noche/madrugada todo el mundo estará muy atareado... y que el post no será leído hasta el año nuevo...).

El caso es que he pensado si podría hacerlo yo, esto de poner el dato de las visitas que he tenido durante el año pasado, pero ya os confieso que no sabría ni como ponerme a ello para buscarlo, aunque a buen seguro que el dato debe estar “en las profundidades” de la cuenta de blogger y no debe ser ni mucho menos imposible de encontrar. Pero, también os lo confieso, saber cuantas visitas ha tenido mi blog durante el año pasado no me quita el sueño.

El problema no es saber cuantas personas han aparecido por el blog (que, quizá lo hayan visitado y ni tan solo se hayan leído ningún post... ¿cómo se sabría, esto?), sino que lo qué querría saber es, en el caso que alguien hubiera leído de verdad mi blog durante todo el año, o en el caso que alguien hubiera pasado un día casualmente durante el año por el blog y hubiese ingerido una ración al gusto de posts hechos por mí, hacerle una pequeña encuesta personal cara a cara y preguntarle  -y esclarecer- qué piensa realmente de ello, no tanto del blog como de la escritura, e incluso descubrir qué no le ha gustado y no se atreve a decirme...

Pero, claro, siendo el blog algo virtual, ¡no puedo pretender en absoluto hablar con cada lector individual en persona a ver qué piensa! (Qué piensa de ello, y por qué lo lee, y... que si esto, que si lo otro, que si lo de más allá; que si tal, que si cual – discutir la jugada, vaya). Claro, es imposible, esto.

En fin. Es por ello que me miro con bastante indiferencia este dato de las visitas en el blog durante el último año, caso que fuera capaz de encontrarla... Sería una cifra que tampoco sabría como interpretar, si es mucho o si es poco, si quiere decir que tengo lectores de verdad o sólo se trata de personas despistadas que clican una vez y ya no vuelven nunca jamás... (A estos también querría preguntarles el porqué).

Yo ya lo dije que quería que mis escritos tuvieran éxito entre los “happy few”, que quería tener lectores entre las personas que son buenos lectores. Y, si esto se consigue o no, no me lo dirá de ningún modo una cifra...

Aquí sí que querría hacer una mención especial para las personas que sé que me seguís, que ya sé que sois poquitos, y que sé que sois buenos lectores, -de buenos lectores siempre hay pocos-, porqué saber que hay quien me lee me llena de alegría, y me hace más ilusión que saber el número de visitas que pueda tener el blog.

¡Recórcholis! ¡Vivan los blogs y feliz 2016!


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