Más que seres pensantes, somos seres deseantes... (Y ya sé que esto no se
ha dicho nunca).
Lo que nos mueve es el querer, el deseo de aquello que queremos y no
tenemos. (¡Y esto claro que lo saben los creativos publicitarios!)
Ahora, a veces hay para pensárselo dos veces... ¿De verdad lo queremos?
¿Tenerlo va arreglarnos algo?
Quizá sería mejor dejarlo de lado; se tiene que saber renunciar. Si esto ya
pasa con las cosas que queremos, imagínate con las cosas que en el fondo no las
queremos ni regaladas. (Pasa mucho con las propagandas, tiene que saberse
escoger).
En fin, cavilaciones mías, como siempre.
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