viernes, 12 de junio de 2015

La contradicción de los fantasmas

Escribir es la chispa, el calor, el relampagueo que aleja los fantasmas. Los hace incorpóreos y huidizos: ligeros; poniéndolos por escrito desaparecerán... Ya no son fantasmas, sino esencias de plantas aromáticas que huyen arriba hacia el cielo...

Un escritor ha de inspirarse, crecer, nutrirse... de sus fantasmas: son su humus, su subsuelo, sus raíces. Llegará alto porqué se ha sumergido en ello, porqué ha buceado y llegado abajo del todo, hasta el fondo de todo aquello que más le asusta.

Escribir aleja los fantasmas.
Escribir alimenta los fantasmas.

La escritura son los fantasmas.

¿...?


No hay comentarios: