Mi biblioteca me sirve, sobre todo, para soñar: soñar que me he leído todos
estos libros, y que gracias a ello me he convertido en una gran escritora...
En realidad, de libros leídos solamente hay la mitad...
Y, respeto a eso de ser escritora... En fin, todavía escribo, que es más de
lo qué creía que podría decir sobre mí misma hace diez años... (Aunque siempre
he escrito, y siempre he estado convencida que escribiría, ha habido – todavía
los hay- momentos de desanimo).
Ahora, todo aquello de ser novelista para “arrasar con todo”, lo tengo
completamente encallado. Quizá necesitaré un poco más de tiempo... Tampoco hay
ninguna prisa... Los cuarenta, “la edad” por antonomasia para los escritores,
empiezan a vislumbrarse en el horizonte... Y, me pregunto... ¿hay “plan b”?
Pues ni, no hay “plan b”... Y, ¡recorcholis!, ¡no quiero para nada que lo haya,
de “plan b”!
No hay comentarios:
Publicar un comentario