miércoles, 24 de diciembre de 2014

Imperfección navideña o El post de Navidad

Escribir alguna cosa especial por Navidad...

Recordar otras Navidades...

Vivir esta Navidad...

¿Ilusiones?

En fin,

Ir tirando...

* * *

Un día como otro cualquiera,
con un poco más de comida, quizá,
sin regalos superfluos,
y con un poco más de conciencia en la mesa de las presencias y las ausencias...
Un día más.

* * *

La familia, aquellas personas a quien no has escogido... ¿Sería diferente si quien me rodeara fueran personas a quien yo hubiera escogido? ¿Si hubiera formado una familia?

En fin,
ir tirando...

* * *

Pero estoy contenta que la Navidad sea aburridilla como cada año, como siempre... Vete a saber hasta cuando podrá ser así... Hasta cuando podremos estar todos juntos...

* * *

Recuerdo una persona, ya mayor, en la fase final, que me dijo una vez que no “había escrito” porqué precisamente había formado una familia, con todas las exigencias de falta de tiempo libre para escribir que eso supone... No se arrepentía de ello, claro, formar una familia siempre es bonito... Pero no “había escrito”, tal y como había soñado de joven. No había podido.

* * *

Se puede escoger una familia y además se puede hacer seguir la escritura, me dirá alguien. – Cuando digo algo de esto de “renunciar” siempre me sale alguien que habla desde un punto de vista superficial, que no ha entendido de qué va la película de mi vida, y además ve bien poco de la realidad de los que le rodean. – Tengo muy en cuenta que el concepto “renunciar” (a llevar una vida social, a formar una familia), no es para lo que se nos prepara, que no está de moda, que siempre se nos exige hacerlo seguir todo o morirnos de rabia.

Tengo muy en cuenta el concepto de “supermujer” que nos venden los medios, la “supermadre” que lo hace seguir todo (la relación, la familia, el trabajo). No creo que haya demasiado de verdad en este mito (porqué es un mito, aunque la gente se lo crea, y lo repitan muy convencidos y satisfechos; se lo hacen suyo).

No es cierto, pero. Y, si fuera cierto, mi verdad tampoco pasaría por aquí. Yo no puedo hacerlo seguir todo. Pero sé que saldrá alguien reprochándome la renuncia, y diciendo que no es verdad que haga falta renunciar, porqué es la realidad general en la que nadamos como pececitos: es lo que nos venden los medios de comunicación; que hacerlo seguir todo es, ya no posible, sino obligatorio, y que somos “supermujeres”, “supermadres” y “superpersonas”, y que una mujer puede hacer bien diversas cosas al  mismo tiempo, a diferencia de la otra mitad de la humanidad (¡!), que es una de las tonterías mayores con las que nos aborregan y nos presionan con imposibles.

Todo el mundo debería tener claro cuales son sus límites, a qué no tiene más remedio que renunciar. Yo no tengo una familia como las de los anuncios, y estoy contenta, no me muero de rabia... Claro que sería bonito tener una familia escogida para sentarnos en la mesa por Navidad... todos rubitos y blanquitos... Pero soy consciente que para la mayoría de las personas reales de este mundo imperfecto las cosas no son tan fáciles, y que la realidad es imperfecta, muy imperfecta... Incluso su Navidad es imperfecta. (¡Qué sacrilegio decir esto! Una Navidad imperfecta, ¡adónde vas a parar!) Su Navidad es imperfecta, ¡pero nadie les atrapará renunciando a nada!

En fin, ¡feliz Navidad tirando a imperfecta para todos!

* * *

(Había empezado este post baja de moral, con un lacónico “ir tirando”. Pero escribiendo el post me he ido animando y ahora estoy más contenta... Y, como por arte de magia, mi Feliz Navidad es un Feliz Navidad alegre... Y solamente he escrito un post... Nada más que eso.

Poder escribir -que se me ocurran cosas- es el mejor regalo de Navidad para mí. Y, aunque renuncie a cosas, no siento ninguna sensación de “carencia”. Espero que se entienda.)





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