viernes, 20 de diciembre de 2013

No pasa nada

Resulta que siempre he hecho muchas cábalas de las críticas, yo, que lo sobredimensiono todo. Me cuesta superar las opiniones negativas, no solamente sobre mi escritura, sino ya no digamos sobre mi persona. (Si, cuando escribo, una y otra cosa son lo mismo, está aún por determinar...)

Hoy resulta que me he encontrado con el blog de una persona con una facilidad extraordinaria para encajar las críticas. ¿Os acordáis que una vez alguien dijo que mis posts eran pajas mentales, y que me lo tomé muy mal? Pues a ella también se lo han dicho –aunque sin razón-, y ya me hubiera gustado que se me hubiera ocurrido a mí tomármelo de esta manera, dándole la vuelta y pasando a otra cosa como una mariposa sin más ni más, sin sentirme herida o hacer de ello un drama, pudiendo decir “quizá mis posts son pajas mentales, sí, ¿y qué?.” Y continuar tan satisfecha de mi misma (y de mi escritura) como antes, como siempre...

Pero yo no soy así, debo ser consciente de ello. Uso las críticas negativas para auto-flagelarme y hacérmelo pasar mal a mí misma (y a veces a los demás), sobredimensionándolo todo hasta límites insospechados. Mi autoestima es quebradiza como una telilla de leche. Aquí sí que estaría bien dedicar un par de pensamientos y reflexiones, tomándomelo con optimismo... una de estas “pajas mentales” que tanto me gusta perpetrar... y convencerme a mí misma que no porqué alguien critique floridamente mis posts debo plantearme dejar de escribir... (o de publicar el blog...).

(No se me puede decir nada. Todo me lo tomo a la tremenda.)


Lección: se debe creer en una misma; se debe confiar en las propias “pajas mentales”...

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