Resulta que siempre he
hecho muchas cábalas de las críticas, yo, que lo sobredimensiono todo. Me
cuesta superar las opiniones negativas, no solamente sobre mi escritura, sino
ya no digamos sobre mi persona. (Si, cuando escribo, una y otra cosa son lo
mismo, está aún por determinar...)
Hoy resulta que me he
encontrado con el blog de una persona con una facilidad extraordinaria para
encajar las críticas. ¿Os acordáis que una vez alguien dijo que mis posts eran
pajas mentales, y que me lo tomé muy mal? Pues a ella también se lo han dicho
–aunque sin razón-, y ya me hubiera gustado que se me hubiera ocurrido a mí
tomármelo de esta manera, dándole la vuelta y pasando a otra cosa como una
mariposa sin más ni más, sin sentirme herida o hacer de ello un drama, pudiendo
decir “quizá mis posts son pajas mentales, sí, ¿y qué?.” Y continuar tan
satisfecha de mi misma (y de mi escritura) como antes, como siempre...
Pero yo no soy así, debo
ser consciente de ello. Uso las críticas negativas para auto-flagelarme y
hacérmelo pasar mal a mí misma (y a veces a los demás), sobredimensionándolo
todo hasta límites insospechados. Mi autoestima es quebradiza como una telilla
de leche. Aquí sí que estaría bien dedicar un par de pensamientos y
reflexiones, tomándomelo con optimismo... una de estas “pajas mentales” que
tanto me gusta perpetrar... y convencerme a mí misma que no porqué alguien
critique floridamente mis posts debo plantearme dejar de escribir... (o de
publicar el blog...).
(No se me puede decir
nada. Todo me lo tomo a la tremenda.)
Lección: se debe creer en
una misma; se debe confiar en las propias “pajas mentales”...
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