lunes, 21 de marzo de 2011

El peso apabullante de la masa


Hoy el twitter cumple cinco años. Yo nunca he tenido twitter pero soy observadora del fenómeno. Me acuerdo que cuando el twitter empezó sólo lo tenían los frikis. Recuerdo a un chico que conocía en aquella época tratando a otro de friki porqué se había hecho un twitter. Ahora el twitter lo tiene todo el mundo, y parece que eres un friki si no lo tienes. El otro día vi a otro chico tratando a un amigo suyo de friki porqué es la única persona que conoce que todavía no se lo ha hecho. No hay como sentirse “normal” y investido del derecho legítimo de tratar a los demás de frikis... La única diferencia entre ambas frases no son los cinco años pasados: la diferencia es que ahora “la mayoría” ha adoptado el twitter. Es decir, que parece que el frikismo o la normalidad se deciden por la cantidad de gente que está implicada en un fenómeno: si lo hace poca gente y lo haces, eres friki; si lo hace mucha gente y lo haces, eres normal. Y puedes ser friki o normal haciendo la misma cosa, la rareza o la normalidad no dependen de la cosa, sino de la cantidad de gente que haya implicada haciendo aquella cosa.

Pues este criterio en que “lo que hace la mayoría es normal, lo que hace la minoría es friki” me parece absurdo. Supongo que viene de la época en que vivíamos en las cuevas y una tribu que fuera más numerosa podía agredir a otra en que no hubiera tantos individuos, o la parte más numerosa de la tribu podía agredir a la parte menos numerosa, es decir, que el hecho de que la mayoría parece que tenga razón tiene su origen en la fuerza bruta que puede ejercer un grupo más numeroso sobre otro no tan numeroso.

Pero una mayoría también puede estar equivocada. La mayoría tiene mucho peso en el mundo internáutico. Cuanta más gente está implicada en algo, parece que este algo sea mejor, y no siempre es así. Que algo pueda tener interés para muchísima gente no debería ser criterio de nada, porqué sólo es un criterio cuantitativo, no cualitativo. Me parece que se debería revisar este criterio primitivo de “la mayoría” como detentora de la razón y de la normalidad, porqué nuestra identidad depende de lo diferentes y únicos que seamos, no del hecho que hagamos lo hace todo el mundo porqué lo hace todo el mundo...

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