miércoles, 19 de enero de 2011

Conducir una vida

¿Sabéis en qué me he fijado? Que, las chicas de mi edad que están casadas y tienen prole echan de menos “algo” (algo como la “vida nocturna”); sienten que se han perdido algo, que han renunciado a algo para casarse y tener hijos. Otras, quizá ya más mayores, no es la vida nocturna lo que echan de menos, sino que sienten que por culpa de cuidar a su familia no se han realizado. Familia, que, todo sea dicho de pasada, tienen porqué ellas no han querido; nadie les ha obligado a tener una familia. Empujado quizá sí, pero obligado, no. En cambio, las chicas de mi edad que no tiene ni marido ni hijos sienten el peso del reloj biológico y querrían precisamente no tener tanta vida nocturna ni tanta realización y más responsabilidades... Las que tienen compromisos querrían libertad y las que son libres querrían compromisos... Es bien cierto que la capacidad de las hembras humanas para estar insatisfechas es algo digno de ser estudiado... De todos modos, no todas las chicas de mi edad que conozco están insatisfechas: las que se pararon a pensar en su momento por si mismas qué querían realmente y lo tienen o están en camino de tenerlo son muy felices. Pero hay poca gente que se pare a pensar en lo que realmente quiere y que no se deje llevar por las presiones y por “lo que toca”. Así, también tengo noticia madres satisfechas y solteras realizadas satisfechas... El grado de satisfacción depende mucho de quien lleva el timón de aquella vida, si es la persona misma que la vive o son los demás...

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