lunes, 1 de noviembre de 2010

De entierros

Hoy, día de difuntos, querría decir una cosita sobre eso que dicen que morirse es caro, que los entierros son caros. También querría decir que el último familiar que enterramos en casa fue hace diez años.

La gente dice que los entierros son caros, pero sospecho que es porqué quieren ser enterrados como quieren casarse: a lo grande. Cuando la gente se casa, y las bodas son caras, hay poca gente que opte por una ceremonia discreta en un juzgado y nada más. La gente quiere casarse a lo grande, con todos los lujos, todas las iglesias llenas de flores y todos los menús delicatessen posibles. De acuerdo que los invitados ayudan a sufragar una parte el convite, pero en una boda no quedas realmente bien si no aportas más de lo que te aportaran los invitados. Que se vea que los tienes y te los gastas, vaya... O que la familia los tiene y se los gasta. Que nadie pueda pensar que has hecho negocio con la boda de la hija. Pues en los entierros es igual. La gente quiere enterrar a sus familiares y que no falte de nada: el mejor ataúd, las postales más lujosas, coronas de flores a gogo, un pequeño panteón... que se vea en estas muestras externas como querían al familiar traspasado. Y las funerarias no ayudan. Por ejemplo, es posible que el difunto tuviera un seguro, y que en el seguro entrase un tipo de ataúd y unos recordatorios estándar: el de la funeraria intentará convencerte que tanto como le querías se merece un ataúd mucho mejor (que el que ya está pagado) y unos recordatorios mucho mejores (que los que van de serie). Por no hablar de lo que pasa si no tienes ningún seguro. Balzac retrató muy bien en uno de sus libros lo que son estas cosas. Y no es porqué lo diga Balzac. Es que es de esta manera. Así, claro, la factura sube y sube. Porqué, tanto como querías a aquella persona... ¿quién puede pensar en los burdos detalles? ¡Es que parece que si quieres ahorrar en su entierro no le querías! Tanto como te dio aquella persona en vida, ¿no se merece lo mejor? O como mínimo, que los vecinos vean que le das lo mejor. Como dijo una tendera de mi pueblo: “es que si no lo hiciéramos así seríamos muy criticados”. ¡Que nadie pueda pensar que has intentado ahorrar en un entierro!

Ya digo, hace tiempo que no enterramos a ningún familiar, pero estoy segura que si quieres puedes enterrar a alguien gastando unos mínimos, y, si te fijas un poco, la factura puede quedar dentro de lo razonable, por más sacrílego que pueda parece eso. Pero si tenemos en cuenta que un entierro es un acto social y que la gente quiere quedar bien, entonces pasa lo que pasa, y es lógico que las facturas suban y suban. Es de cajón que quedar bien dentro del mundo de las apariencias tenga su precio. Pecuniario.

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