jueves, 28 de octubre de 2010

Remedio milagroso

Cuando era más joven que ahora abominaba de la “ficción”, aunque era una gran consumidora de ficciones, porqué en todas las películas y novelas lo presentaban como si el amor fuera la solución a todo. El amor era la solución, el elixir de la eterna juventud; enamorarse, encontrar a alguien, era el remedio universal a todos los males. Yo no estaba de acuerdo en absoluto.

Entonces me enamoré. Fue un amor no correspondido, pero, de repente, estuve de acuerdo: enamorarse era la solución a todos los males. Las películas y las novelas tenían razón. Entendí las canciones como nunca las había entendido antes.

Ahora tengo el doble de años, y todavía pienso que el amor es la solución a todos los males. Pero, al mismo tiempo, pienso que puede generar males mucho más graves, y que una fidelidad mal entendida puede amargar una vida. Supongo que no hay una solución universal a todos los males, y que hemos de estar dispuestos a “ir tirando” con todos nuestros males encima... Sólo que, a medida que vas haciendo años, te vuelves más blando, y un elixir de la eterna juventud se va haciendo más necesario que nunca... (el amor no tiene edad). Ahora, a veces más que querer rejuvenecernos al precio que sea, lo más sensato es saber aceptar la edad que tenemos y las cargas que llevamos a cuestas y aceptar que no habrá remedio milagroso que nos libere de ellas. Y también ser conscientes que el enamoramiento es algo diferente al amor... Enamorarse es un estado de imbecilidad transitoria, y está demostrado científicamente que sí que cura todos los males. El amor, en cambio, que parece que debería venir después del enamoramiento pero a veces no viene, sería más un acompañamiento para ir pasado estos males. O sea que soy consciente que el amor, tener una relación, es el tipo de cosa que puede hacer que la vida valga la pena... pero también soy conciente que, pasada la magia inicial, compartir la vida con alguien puede amargarte la vida hasta límites insospechados. O sea que el amor es la solución, pero hasta cierto punto. También se debe tener un poco de suerte a la hora de hacer la elección, y ser consciente de cómo eres en realidad y si sirves para compartir. El amor es la solución, sí, pero yo siempre he preferido solucionarme los problemas yo sola... como mínimo de momento.

1 comentario:

Ferragus dijo...

…Y no te equivocas: el amor es la solución. El problema con esto, es que supone tal esfuerzo; y de ese esfuerzo individual, ese que yace en las capas más profundas de nuestra humana individualidad, que hoy en día, con este constante anhelo de inmediatez impuesto desde fuera, no nos damos el tiempo de aprender a recorrer. Sí, a amar se aprende.