sábado, 30 de octubre de 2010

Fidelidad y celibato

¿Sabéis de qué me enteré? Oí un hombre, un famoso escritor, que decía que la fidelidad a una misma pareja sexual a lo largo de toda la vida era comparable al celibato, es decir, que era comparable a no tener pareja, y que la única actividad sexual digna de este nombre era la que se producía con parejas diferentes a lo largo de la vida. Es decir, que el único sexo que valía la pena era el que podía ir cambiando de pareja a menudo y “cobrando piezas”, por así decirlo. (No en vano los humanos somos una antigua sociedad de cazadores, y quien cazaba eran los hombres.) No hace falta decir que su genética debía ser la del infiel, si es verdad que la fidelidad de los hombres está determinada genéticamente. (Claro que dicen que las mujeres somos fieles según estemos ovulando o no, según el día del mes.) ¿O sea que el sexo de toda la vida con la misma pareja no vale la pena? Vaya, vaya... si eso es lo que yo siempre habría querido... pero, si al final resulta que estar siempre con la misma pareja no es tan diferente a no tener pareja, podríamos decir que yo ya casi estoy a medio camino...

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