martes, 19 de enero de 2010

Ah, la amistad...

Inciáis una bonita amistad con alguien. Al principio, esta amistad es una amistad que da pastelitos de nata y de crema, helados de crocanti, borrachos de chocolate... pero resulta que esta persona quería algo más. Cuando se da cuenta que no habrá nada más allá de la simple amistad, continuáis con la relación, pero ahora la amistad es de aquellas que sólo dan pan duro. Pero continua siendo una bonita amistad, claro. La pregunta es: ¿debe aceptarse algo así? ¿O todavía deberíamos dar las gracias por el pan duro?

No hay comentarios: