Empecé a hacer el blog el diciembre de 2005, por tanto podríamos considerar que el primer año de hacer el blog fue el 2006. Pues el segundo año de hacerlo, el 2007, los blogs se pusieron de moda y durante un par de años (2007-2008) recibieron muchísimas visitas de personas que no eran propiamente del mundo de los blogs, personas que ahora están en el libro de caras o en los gorgoritos, que es lo que está de moda ahora. Mi blog jamás ha vuelto a recibir tantas visitas como entonces... (Desde que no los blogs ya no están de moda en eso de las visitas parece que mi blog haya caído en un agujero negro...) Poquitas, pero muy fieles, eso sí. Cuando se recibían tantas visitas yo no era consciente que aquello era por al moda de los blogs, no por el blog en sí, pero al final la realidad que mi blog no interesa a casi nadie ha caído por su propio peso... Ay... (Tampoco querría lloriquear... estoy muy contenta con los lectores que tengo, pero es evidente que a alguien que escribe le gusta ser leído por el máximo número de personas possible.)
Pues, me acuerdo que en aquello época yo tenía un contador donde podía ver la gráfica de la gente que me entraba. Y me acuerdo que me fijé que a partir de un día en concreto la gráfica se caía en picado... Es decir, que a partir de un cierto día las visitas se reducían a la mitad. No hace falta decir que corrí a ver cual era este post que me reducía las visitas a la mitad... ¿Y, sabéis cuál era? El 2006, al principio, yo me había hecho el propósito de leer una lista de escritores, y en el post en que bajaban las visitas, que ya debía ser del 2007 o del 2008, hacía precisamente un repaso de cómo estaba la cosa, como había evolucionado mi camino de leerlos, los libros que ya había leído y lo que me quedaba por leer... ¿Sabéis quienes eran estos escritores? Auden, Brodsky, Ajmatóva, Ashbery, Zagajewski, Torga, Sarduy y Mandelstam. Es decir, que cuando dije que continuaba leyendo a estos escritores “asusté” a la mitad de los seguidores del blog, que huyeron como una bandada de golondrinas en otoño... Qué desilusión.
En fin, que yo querría ser leída, pero me temo que para tener una audiencia mayoritaria deben de hacerse algunas concesiones y hablar de lo que se habla en la tele, algo que de momento no quiero hacer. O sea que si no hablo de temas más comerciales no es porqué no sepa así un poco por encima qué es comercial y con qué tendría más visitas, sino porqué a mí me interesa hablar de lo mío. Y de momento así continuaremos. Además, si estos escritores a quienes quiero parecerme no son comerciales, ¿por qué debo querer serlo yo?