miércoles, 22 de junio de 2011

Decencia ahorrativa

Estoy pensando que, si alguien quiere hacer demagogia, en los tiempos que corren, no le sería difícil con lo que dije ayer. Tal y como están las cosas, no es demasiada buena idea decir que puedes comprarte libros. No es demasiada buena idea decir que puedes gastar en nada, quizá simplemente por respeto a los que a causa de la crisis no pueden gastar. Que me pueda comprar un libro de vez en cuando y que vaya a menudo a la librería no quiere decir que nade en la abundancia o que sea millonaria. Simplemente, ahorro en otras cosas para poder dedicar una parte de presupuesto a libros, que son muy importantes para mí y me dan mucha felicidad, más que ir de restaurante (hace años que no he ido), más que comprarme ropa (solamente voy cuando no tengo más remedio), más que ir de vacaciones (hace años que no he ido), más que comprarme un móbil nuevo (el que tengo es del año de la pera y tiene que durarme mucho aún), o más que comprarme juguetitos electrónicos (no tengo lector electrónico ni  ipod ni nada, ni los tendré; no creo en estas cosas). Si tengo dinero para libros es porqué no acostumbro a gastar en casi nada más, ni a gastar a la babalá. Y soy perfectamente consciente que decir que puedes gastar en libros en los tiempos que corren puede parecer incluso obsceno, cuando parece que “lo decente” es ahorrar y decir que estás sin blanca, ni que sea por respeto a los que lo están de verdad (y mí también podría pasarme); pero si puedo comprarme libros es porqué me sé administrar el poco dinero del que dispongo, no porqué tenga mucho dinero. No quiero ofender a nadie que pase penas económicas presumiendo de gastos en cosas no indispensables, aunque para mí los libros son tan indispensables como la comida. Pero, por favor, no nos pasemos de hipócritas.

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