No sé si me he explicado bien. He tenido que descansar (o aflojar) del blog
y de la conexión que representa, no de la vida mental.
Por razones relacionadas con mi enfermedad mental, hay veces en las que
publicar según que textos me angustia y me desequilibra, se me hace pesado.
Pero la vida mental precisamente (la lectura, sobre todo), es mi refugio ante
estos desequilibrios.
El blog es vida mental, pero solamente es una pequeña parte de esta vida.
Y, de alguna manera, el blog también es vida exterior, y yo soy una persona muy
cerrada en mí misma que siempre ha desconfiado de la vida exterior.
De momento continuo, procuraré publicar un post al día hasta Semana Santa –
lo procuraré solamente, luego ya lo veremos-, pero a pesar de mí misma, esto es
todo. Y a veces hace falta desconectar de esto, de la presión exterior, no de
la vida interior. Y esto se produce a causa del desequilibrio mental.
Es necesario descansar, no del blog o de la vida mental, de hecho, sino de
la propia enfermedad mental.
Y esto teniendo en cuenta que escribir y publicar el blog me gusta, claro,
a pesar de todas estas presiones mentales. Que además, como son presiones
psíquicas y yo tengo una enfermedad mental, representa que no existen en el
mundo real de los demás.
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