Hace tres lunes (12/12/11) se cumplieron seis años desde que empecé a hacer el blog (nacido el 12 de diciembre de 2005).
Poder escribir un post cada día ha sido lo que me ha hecho más feliz en toda mi vida, aparte de comprarme y leer libros y escuchar la radio (y poder tener una conversación cara a cara con Álvaro o escribir una carta a Lara). Aparte de todas estas cosas, la posibilidad de autopublicación diaria es lo que me ha hecho más feliz durante estos últimos seis años.
Cuando empecé a publicar el blog ya hacía quince años que escribía para mí misma, y el grueso de lo que había escrito hasta entonces, que ya no existe, no había sido leído por nadie –excepto por una persona-, aunque había mostrado algunos textos secundarios, y con gran pena por mi parte hubo quien cotilleó lo que escribía sin mi permiso. Gracias al blog, el hecho de poder tener lectores con mi permiso se ha convertido en algo muy importante para mí.
Escribir y publicar el blog me permite realizarme como escritora y como persona, y también se ha revelado una terapia excelente que me permite distanciarme y mirarme con ironía algunas situaciones pesadas de mi vida, aunque me parece que en los últimos cincuenta posts he perdido un poquito esta ironía y me gana la pesadez.
Explicaría mucho más en el blog si no supiera precisamente que tengo lectores, y que no todos usan lo que yo explico para jugar a mi favor. Soy propensa a explicar verdades sobre mí misma que me hacen extremadamente vulnerable y el blanco perfecto para que se aprovechen de mí (siempre con la excusa de ayudarme y bajo el disfraz de una falsa preocupación). Pero sé que a l’hora de la verdad estoy sola, sola con mi escritura, sola con mi realidad de persona con una enfermedad mental singularísima, y sola con mi vulnerabilidad que a veces, cuando se me aprieta mucho y no puedo expresar el daño que se me hace, me hace comportarme como una mala pécora.
El hecho que yo sea incapaz de reaccionar al daño que se me hace hace que en mi interior se forme una pelota enorme que cuando sale a la superficie solamente provoca que desastres (mi huída a Lisboa, mi ingestión de pastillas, mi tirada al tren...). Si pudiera expresar de manera normal el daño psicológico que se me hace no sería ni la mitad de mala pécora ni estaría tan resentida con según quien.
El blog me ha ayudado muchísimo a encontrarme a mí misma, a pesar que no pueda explicarlo todo en él y a pesar que haya quien use lo que explico para manipularme. Todavía no soy del todo consciente del poder que tienen los demás sobre mí, pero lo voy descubriendo (y no me gusta nada descubrirlo...).
Quiero celebrar mis primeros seis años de hacer el blog con un brindis con la fuerza de la nace la poesía.
¡Felicidades!
No hay comentarios:
Publicar un comentario